Hay gente a la que no le gusta el
frío, y prefiere "aprovechar" un
sábado echado en el sofá. Tengo que reconocer que a veces (las menos), soy de esos, pero no todas las veces. A mí,
la época que más me gusta para ir a zonas de
sierra y de media montaña es el
otoño, y eso hemos hecho este fin de semana.
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Imagen otoñal, setas, y hojas secas. |
He temido, durante una temporada, que no iba a tener mucha gente con la que irme al campo ya que
muchos de mis compañeros habituales de camino
se han ido esparciendo por el mundo, pero parece que el gusanillo del senderismo anda por ahí picando a la gente y todavía no he tenido que lamentar el no poder irme de ruta un fin de semana porque nadie quisiera acompañarme, más bien todo lo contrario,
siempre he podido "engañar a alguien".
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Foto de grupo en Linares de la Sierra. |
En esta ocasión incitado por Fran (un compañero de trabajo) y por Macarena (Maribel para los amigos), organicé una
ruta circular de un día por la Sierra de Aracena a la que finalmente acudimos 8 personas. Por su puesto alguien llegó tarde al punto de encuentro, mea culpa, en el polígono industrial junto al Mercadona de Aracena, desde donde sale un camino hacia Los Marines, de unos 5 kilómetros.
Aracena-Los Marines
En la primera parte, y siempre que el camino está todavía cercano a Aracena, la
senda se ve encajonada entre vallas que delimitan fincas y campos de cultivo de los lugareños, es por ello que
pierde un poco de encanto natural, aunque uno va encontrándose con la
fauna que vive en estos cercados, como los
cochinos que acabarán en nuestros platos estas navidades, los
burros para las labores de carga, los
perros que protegen la propiedad, o las
cabras y
ovejas que huyen a nuestro paso.
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Cochinos de cháchara. |
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Ovejas pastando. |
Y también hay una nueva
especie invasora que se abre paso entre los matorrales, el
Homo Nikonensis, que con su aparato colgado del cuello lleva un ritmo mucho más lento que el de un humano normal, y necesita pararse a cada paso para tomar una imagen de lo que le rodea.
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En la parte derecha, dos ejemplares de "Homo Nikonensis" en acción. |
Ya
llegando a Los Marines, nos damos cuenta de que hay
mucho movimiento para un núcleo de población tan pequeño, y cuál fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos la
"Feria del Mosto" enfrente, ¡Ole!. Había alguna por allí a la que hubo que sacar con espátula de dentro de la carpa, ya que casi acaban con las existencias de mosto, mistela y queso.
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Si las dejamos, se acaban el mosto. |
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Los Marines-Linares de la Sierra
Pero no podíamos recrearnos demasiado, porque quedaba por delante
la etapa más bonita de esta ruta, el tramo que se encuentra
entre Los Marines y Linares de la Sierra a través del
Alto del Chorrito, y en donde el otoño se muestra en su más amplia expresión a través de tonos sepias en toda su variedad, hojas secas y frutos caídos en el suelo como bellotas, castañas o madroños.
Un espectáculo visual por el que merece la pena hacer todos estos kilómetros.
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Otoño a muerte. |
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Alto del Chorrito y un servidor. |
Y para colmo,
al final de este tramo está la localidad de
Linares de la Sierra, un pequeño pueblo que
conserva todo el encanto de su tamaño y su localización , sin haberse visto afectado por la voracidad de la especulación urbanísitica.
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Fuente en Linares de la Sierra |
Linares de la Sierra Aracena
En el último tramo
de vuelta a Aracena los ánimos estaban ya un poco más apagados por el
cansancio y por el
frío. Es por eso que nos costó un poco más hacerlo, aunque no por ello no disfrutamos de las vistas de un riachuelo que se encuentra a mitad de camino, y del que dejamos constancia a través de nuestras fotos.
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Cascadita |
Os dejo los
enlaces de los senderos en la ventana del visitante de la Junta de Andalucía, por si queréis más datos y reproducir la excursión en algún momento, lo cual os recomiendo encarecidamente
Parte 1:
Aracena - Los Marines
Parte 2:
Los Marines-Alto del Chorrito- Linares de la Sierra
Parte 3:
Linares de la Sierra-Aracena
¡A disfrutar del campo todo el mundo!
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